SERIE DE LOS PORTEGNOMOS

Hace ya unos 20 años, y casi como en un juego (o como en un sueño), aparecieron ellos…
Fui imaginando un arquetipo de los habitantes de Buenos Aires, capaces de transitar por los paisajes y costumbres que más suelen identificarnos.
Nacieron con un solo ojo, y por eso medio cíclopes. También son diminutos, con mucho de gnomos. Bastante tiempo después supe que cíclopes y gnomos remiten a la misma forma simbólica, indisolublemente ligada a las profundidades de la tierra, y con ello supe que una vez más, mi intuición había antecedido a mis razonamientos.
Les pensé un carácter, iban a estar presentes en cada una de las manifestaciones del alma popular y, por supuesto, sus vidas enteras están hechas con el mismo cielo y el mismo barro con que están hechos todos los tangos.
Los veía, (los veo) todo el tiempo en las milongas, en la cancha, en bares roídos por el tiempo. También se me muestran en el rostro de cantores aficionados, a la vuelta de alguna esquina, y en cada callecita del barrio de La Boca…

Después de tantos años de trabajar sobre esta serie, a veces me parece que ya casi no puedo decidir demasiadas cosas acerca de los Portegnomos. Aparecen en el momento menos pensado, y hasta me dictan cómo debería pintarlos…