CHAPA, MADERA Y CORAZÓN (El barrio de las casas con alma)

Aquí la luz es distinta; también las casas, las calles y la gente.
Bajo este cielo, legiones de inmigrantes hallaron arraigo, y además encontraron y nos dieron identidad.
En boliches de este arrabal, tocaron su música muchos de los legendarios pioneros del tango.
Muy cerca del puerto, manos anónimas tallaron mascarones de proa sin saber que daban comienzo a una página dorada de la historia de nuestro arte.
Acá cerca vivían y pintaban (pintaban como vivían) Quinquela Martín, Lacámera, Victorica, Diomede… y todavía cada callecita, cada esquina y cada recodo del Riachuelo se parecen a sus cuadros.
Con el azul y el amarillo inundando corazones, aquí tienen lugar las celebraciones más apasionadas del fútbol.
A esta barriada nunca le falta un loco trashumante, y todos intuimos que ese loco es el alma secreta de nuestras calles.
Caminando por aquí, y visitando el museo de Quinquela, supe para siempre que mi destino sería pintar.
Desde hace más de treinta años, celebro el vivir bajo estas estrellas.
Si este barrio no existiera, seguramente daríamos en llamarlo con alguno de los nombres de Utopía. Afortunadamente existe, y un buen día nos hemos encontrado.
De vez en cuando me resulta inevitable pintarlo.