
DE PINTURAS Y CAMINOS
Siempre he creído que cada pintura se inicia mucho antes de ser comenzada.
«El arte sucede», decía Whistler, y seguramente por eso nunca sé en qué lugar inesperado me está esperando la próxima pintura.
Prefiero las obras que no se agotan en la primera mirada (de ser posible, tampoco en la segunda…); cuando invitan a sumergirse en ellas, y completarlas.
Me desagradan tanto los exhibicionismos técnicos como la impericia, suelo trabajar al mismo tiempo en series temáticas diversas, y prefiero asumir riesgos antes que refugiarme en la falsa seguridad que ofrece imitarse a sí mismo.
Me resulta difícil separar modos de vivir y modos de crear, porque si aprendí algo en los caminos del arte, es que se pinta como se vive.
Víctor G. Fernández
CHAPA, MADERA Y CORAZÓN
(EL BARRIO DE LAS CASAS CON ALMA)
OMNIA VIA ROMAE VIENENT
(TODOS LOS CAMINOS VIENEN DE ROMA)
PORTEGNOMOS