OMNIA VIA ROMAE VIENENT (todos los caminos vienen de Roma)

Aspice respice prospice (Mira el presente, observa el pasado, ve el futuro). Esta máxima acuñada en la Roma Imperial, recomienda el ejercicio de la memoria para mejor comprender la compleja trama del presente y hasta poder intuir lo por venir.
Revisando la historia romana no es difícil reconocernos en sus sueños, avatares, grandezas y miserias. La historia legendaria de sus luchas iniciales, apogeo, decadencia y caída, son síntesis del destino de la mayoría de las civilizaciones, y por que no, de la misma condición humana.
Naturalmente entonces, he intuido correspondencias que vinculan a migrantes del siglo XXI, con los esclavos – gladiadores que en el circo ofrendaban la vida a algún César.
El mismo circo monumental (por otra parte tan similar a nuestros estadios), donde me ha resultado natural ubicar escenas de Wall Street, o alguna sesión parlamentaria.
A veces con dolor, pero siempre esperanzado, en estas obras me atreví a contar pequeñas historias contemporáneas, entretejidas con las ruinas de cierta eternidad.